Escuadra Nacional fuerza operativa de la Armada de Chile al servicio de la patria

Entrenamiento, preparación y alerta permanente marcan la vida del servicio de quienes a bordo de unidades de la Escuadra Nacional resguardan a Chile

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Mientras usted lee estas líneas servidores a bordo de las unidades de la Escuadra Nacional, proyección del poder naval nacional, se encuentran realizando diferentes tareas que son fundamentales para el desarrollo de Chile y sus altos destinos.

 

En las diferentes cubiertas de las unidades los departamentos de ingeniería desarrollan los mantenimientos y supervisiones necesarias para el funcionamiento óptimo de motores y otros sistemas, los diferentes departamentos chequean el estado de sus respectivas responsabilidades, la guardia apostada cumple las tareas fundamentales manteniéndose alerta, en las cocinas se prepara el reponedor “rancho naval”, por otro lado se planifican las acciones para el año y se vislumbran las necesidades a través de los departamentos de abastecimiento, en fin una muestra de un conjunto de acciones que da pulso a nuestro poder naval que marca el mar con su avance a lo largo y ancho de nuestra Patria.

 

El servicio a bordo de la Escuadra Nacional está lejos de ser un lugar para el descanso, desde el peso de la historia hasta la responsabilidad del hoy pesa sobre los hombres de cada mujer y hombro que es parte de unidades que hacen historia con cada zarpe y que con su navegar en rincones que algunos ni siquiera han imaginado permiten el ejercicio de la soberanía efectiva de nuestra patria.

 

HISTORIA Y PROYECCIÓN

 

Esta vocación de servicio vio su crisol con Juan José Tortel, primer oficial de la Armada de Chile, el cual tuvo la responsabilidad de esbozar los primeros reglamentos y ordenanzas de la Escuadra, tarea continuada por el Almirante Manuel Blanco Encalada y que el Vicealmirante Cochrane potenció, siendo desde el inicio un ejemplo de sacrificio, entrega, ingenio y sagacidad, pues cuando el Libertado General Bernardo O´Higgins vio zarpa la Escuadra Nacional observó los destinos de nuestra Patria, pues Chile es en esencia mar.

 

La Escuadra Nacional tiene un legado que ha trascendido más de 200 años, pues a pesar de las dificultades momentáneas y el sacrificio ofrecido por miles, los laureles del triunfo siempre han acompañado su navegar, desde la consolidación de la Independencia, la Guerra contra la confederación Perú-Boliviana, la Guerra del Pacífico y la disuasión permanente son ejemplos de qué manera nuestra Escuadra Nacional ha forjado nuestra historia.

 

El siglo XX no fue la excepción, siendo unidades de la Escuadra protagonistas del hecho geopolítico más importante de nuestra patria, consolidando la soberanía efectiva de Chile en el Territorio Chileno Antártico, pues fue en sus cubiertas en donde se transportaron los recursos y dotaciones que permitieron que la actual Base Naval Antártica “Capitán Arturo Prat” fuese una realidad, lo cual a través de la Fragata “Iquique” y el Transporte “Angamos” tiene que llenar de orgullo a quienes son herederos de aquella historia, pasarían prácticamente 13 años hasta que en 1959 Chile tuvo la capacidad de adquirir un buque para estas tareas, el glorioso AP 45 “Piloto Pardo”, pero durante aquella década de consolidación del Territorio Chileno Antártico fue por medio de las unidades de la Escuadra Nacional que Base Antártica “Bernardo O´Higgins” y “Pedro Aguirre Cerda” fueron una realidad.

 

CAPACIDAD Y COMPROMISO

 

La disuasión efectuada por la Escuadra Nacional ha sido fundamental en momentos críticos de nuestra historia, sus capacidades y sobre todo entrega de sus dotaciones es lo que en más de una ocasión hizo dudar al adversario de aventurarse en contra de los intereses de Chile, como lo fue en la Crisis del Beagle en 1978, en donde la Escuadra Nacional zarpó hacia los canales australes y sus dotaciones no dudaron en gritar “por fin…¡viva Chile!” cuando el mensaje daba cuenta que la guerra era inevitable. 

 

Pues no hay causa más noble que servir a Chile a través del mar, portar nuestro pabellón y sobre todo estar dispuestos a ofrecer la vida si es necesario, el juramento a la Bandera no es metáfora, es una guía de vida para los hombres y mujeres de la Armada de Chile, quienes componen las dotaciones de nuestra Escuadra Nacional son conscientes del destino manifiesto y el significado del “Dominus Maris”. 

 

ORGULLO DE UNA NACIÓN EMINENTEMENTE MARÍTIMA

 

La blanca estela de su navegar nos debe llenar de orgullo, ya sea en representación de Chile en ejercicios internacionales o en las complejas aguas de los canales australes, la Escuadra Nacional es proyección del poder naval, es orgullo para una nación eminentemente marítima y sobre todo es capacidad del Estado para la defensa de los superiores intereses de Chile. 

 

Es de esta forma que la Escuadra Nacional es la fuerza operativa de la Armada de Chile al servicio de la Patria, en donde el esfuerzo mancomunado da vida a los fierros de las unidades, siendo la entrega, pasión sacrificio, profesionalismo y convicción del servicio a la Patria la estrella que guía el navegar, sin importar horario o latitud a lo largo y ancho de nuestro mar. 

 

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