La Batalla por la Supremacía Portuaria en el Pacífico Sur: San Antonio, Chancay y Corio.

Por Rodolfo Ponce V, Consultor y Analista Internacional.

Es sorprendente el abismo de visión geoestratégica que separa a las superpotencias de los gobiernos y liderazgos sudamericanos cuando se trata de la construcción de puertos. Mientras que las superpotencias contemplan estos proyectos con una visión prospectiva y una consideración estratégica en espacio y tiempo, en Sudamérica se tiende a limitar estos proyectos a aspectos comerciales y operacionales como capacidades de carga, tamaños de buques, calados permisibles, modernidad tecnológica y rutas logísticas de conectividad.

Hace dos días se inauguró el Puerto de Chancay en la provincia de Huaral, Perú, y ya se está considerando la competitividad del proyecto del puerto de Corio en la provincia de Arequipa. Este nuevo puerto presenta una capacidad operativa que busca superar a Chancay, con calados para naves de más de 22 metros, mayor transferencia de carga y mejores redes logísticas para todo el sur de Perú.

Durante el desarrollo de la APEC 2024 en Lima, el gobierno regional de Arequipa buscó atraer a inversionistas norteamericanos, lo cual podría ser una estrategia empresarial para ofrecer a Estados Unidos una alternativa competitiva frente al proyecto chino de Chancay. Esto mantendría el poderío portuario de ambas naciones en la región, concentrado en su propio ámbito soberano.

Desde esta perspectiva, tanto China como Estados Unidos deberían desarrollar sus infraestructuras portuarias en el mismo país, creando una especie de vecindad estratégica, aunque con aspiraciones de control global muy distintas. Este enfoque podría resultar beneficioso para Perú, que busca convertirse en el único HUB latinoamericano para las importaciones y exportaciones del cono sur hacia el océano Pacífico. Sin embargo, para las grandes potencias, esta operación en el mismo espacio soberano podría resultar inaceptable.

El asesor estadounidense Mauricio Claver-Carone, cercano a Donald Trump, ha propuesto al presidente recién electo imponer aranceles de hasta un 60% a los bienes exportados desde el puerto de Chancay en Perú. Esta medida ha sido destacada en publicaciones de Emol, Portal Portuario y Teletrece. Claver-Carone, conocido por su postura firme contra la expansión de China en la región, ha sido una figura influyente en la política exterior de Estados Unidos.

Además, se espera que una delegación de inversionistas estadounidenses viaje a Chile una vez que Donald Trump asuma su cargo, para evaluar una posible participación en la modernización del puerto de San Antonio. Esta estrategia permitiría a Estados Unidos contrarrestar la iniciativa china en Chancay desde la soberanía chilena.

Es importante destacar que las decisiones finales sobre esta evaluación inicial estarán influenciadas por el escenario político y el resultado de las próximas elecciones presidenciales en Chile, que serán fundamentales para determinar los apoyos del futuro gobierno estadounidense a partir de enero de 2025.

En última instancia, el carácter estratégico de los puertos radica en su capacidad para influir en la economía y la seguridad de una región o país. Esto involucra la conectividad, la infraestructura, la seguridad, el desarrollo económico y la competitividad, que deben ser cuidadosamente considerados para permitir una movilidad eficiente de recursos a nivel global y en cualquier circunstancia, sea paz o conflicto.

 La confrontación directa entre las grandes potencias en el Pacífico Sur por el desarrollo de estos puertos, demuestra que la geoestrategia ha llegado para quedarse en los puertos latinoamericanos e impulsada por las aspiraciones de China y Estados Unidos.

Concluyendo, Debemos comenzar a entender cómo piensan los grandes países para poder aspirar al verdadero desarrollo marítimo y portuario que se requiere en Latinoamérica.