Cárceles de alta seguridad en islas australes, crear el Alcatraz chileno no es descabellado.

Debemos alguna vez pensar en los chilenos, su seguridad y sus familias. Dejemos que la lejanía y la dureza del clima hagan su trabajo.

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Por Rodolfo Ponce Vargas, Consultor y Analista Internacional.

Escenario delictual actual:

Hoy en Chile construir una cárcel de alta seguridad no debe sólo ser un método de aislamiento preventivo, el delincuente cambió, se mejoró y ya no roba para comer y vivir.

El crimen ha evolucionado y se ha convertido en un mall, un supermercado de servicios criminales y eso lo explica muy bien Ronna Risquez en su libro “ El tren de Aragua” donde señala como funciona y se estructura la banda que revoluciona el crimen organizado en américa latina y donde una de las grandes interrogantes es ¿Cómo opera y cómo es posible que desde una cárcel se planifiquen tantos delitos sin restricciones?. El libro no es ficción y algunos acaecimientos entre muchos de este año 2024 reflejan este caos organizado y planificado.

La autorización de uso de teléfonos celulares a miembros del Tren de Aragua del Juez Daniel Urrutia, el impactante secuestro y muerte del ciudadano venezolano, el Teniente Ronald Ojeda,  testigo protegido del Estado de Chile, situaciones de luchas internas penitenciarias por el control del “pranato” entre  bandas son reflejo de esta situación. Por otra parte el aumento de los secuestros en Chile coinciden con la incursión del Tren de Aragua y sus facciones en el país, quienes han acudido al secuestro como instrumento de control territorial en las zonas donde se están asentando y donde proliferan sus redes de narcotráfico.

Una de las noticias que gano notoriedad fue el juicio aún en proceso a miembros de una de sus facciones el clan "Los Gallegos", grupo acusado de múltiples delitos, incluyendo homicidios, secuestros, extorsión, trata de personas con fines de explotación sexual y tráfico de drogas.

Otro aspecto funcional preocupante tiene relación a sus acciones en las “casas de tortura” descubiertas en la Región Metropolitana y Valparaíso.

El broche de oro lo ponen las acciones ocurridas el fin de semana largo que dejó 18 asesinatos en el país, 17 de los cuales se produjeron en la región Metropolitana.

 

La propuesta de islas cárceles:

Comparar la propuesta de una cárcel de alta seguridad en una isla en Chile con cárceles de alta seguridad en otros países puede ser interesante.

ADX Florence, Estados Unidos: Conocida como la "Alcatraz de las Rocosas", esta prisión de máxima seguridad alberga a algunos de los criminales más peligrosos de Estados Unidos. Está ubicada en una zona remota de Colorado y tiene medidas de seguridad extremas, incluyendo confinamiento solitario casi total. La propuesta chilena de una cárcel en una isla comparte la idea de aislamiento extremo para mejorar la seguridad y garantizar no puedan dirigir sus actos desde el confinamiento.

Isla de Alcatraz, Estados Unidos: Aunque ya no está en uso, Alcatraz es uno de los ejemplos más famosos de una cárcel en una isla. Su ubicación en la Bahía de San Francisco hacía las fugas casi imposibles. La propuesta chilena podría inspirarse en este modelo histórico.

Prisión de Bastøy, Noruega: Esta cárcel en una isla es conocida por su enfoque humanitario y de rehabilitación. Aunque es de baja seguridad, su ubicación insular proporciona un entorno controlado. La propuesta chilena, sin embargo, se enfoca más en la seguridad y el aislamiento que en la rehabilitación. Pero podría ser tema de estudio y de grandes iniciativas incluso privadas.

Prisión de Robben Island, Sudáfrica: Famosa por haber sido el lugar de encarcelamiento de Nelson Mandela, esta prisión en una isla también utilizaba el aislamiento como una medida de control. La propuesta chilena podría verse como una versión moderna de este enfoque.

Así los ejemplos sobran, el espacio territorial nacional ofrece más de cinco mil islas donde dimensionar el proyecto.

 Es muy probable entonces que los costos sean bastantes más altos en viajes, abastecimiento y movilidad carcelaria, pero tras esto el proyecto puede ser una gran iniciativa de inversión publico privada y en el ámbito que sea, debe ser autofinanciable. Los delincuentes no pueden ser un problema social y además una carga fiscal. No pueden seguir culpando a la sociedad de su existir, todos tenemos la oportunidad de escoger y muchas personas de esfuerzo logran mejorar sus vidas sin caer en los delitos, además que es bien sabido que la delincuencia existe en cada nivel social.

Estratégicamente la iniciativa permite en su situación de alejamiento y duras condiciones de vida, entregar un mensaje claro al crimen organizado de su destino al continuar con sus actos delictivos en una interesante capacidad disuasiva y de castigo. Por otra parte, permite a un Chile agobiado, percibir una solución de justicia y protección social.

En un sentido actual y consecuente hoy se debe también debatir sobre los derechos ciudadanos de un antisocial y que en un sentido lógico no debería recibir ningún tipo de beneficio de la sociedad que ataca, vulnera y destruye.

Se plantea entonces construir una cárcel en una isla, sin importar el costo material. La vida de una persona decente y su familia está por encima de cualquier esfuerzo material o proyecto complejo, los chilenos y chilenas no merecen vivir rodeados de cárceles y delincuentes y el dinero para levantar este proyecto existe, recordemos que aún tenemos dineros fiscales de cifras millonarias dando vueltas y sin retorno a las arcas del estado. Aquí, sólo se necesitan ingenieros y por sobre todo voluntad política. En Chile ya no se juega a policías y ladrones.

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