“Poner nuevamente el foco en el crecimiento pasa por alentar las decisiones pro inversión y pro empleo en las empresas”

Peter Hill, Presidente de la Cámara de Comercio de Santiago

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Imagen foto_00000001Durante el seminario de proyecciones económicas 2018, organizado por la CCS, seis gremios de los principales sectores de la economía nacional dieron a conocer su visión para el 2018.

 

“La economía chilena no tuvo durante este año la fuerza necesaria para concretar la recuperación que anticipamos un año atrás. El crecimiento del PIB terminará siendo cercano a un 1,6%, marcando el trienio más débil de los últimos treinta años en nuestra economía”, señaló Peter Hill, presidente de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), en su discurso de apertura durante el seminario “Proyecciones Económicas Sectoriales 2018: ¿El inicio de un nuevo ciclo?

 

El encuentro contó con la participación de representantes de los principales sectores de la economía nacional: Álvaro Merino, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de la Minería (Sonami); Francisco Gana, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA); Rafael Palacios, Director de Políticas Públicas de la SOFOFA;  Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC); Carmen Gloria Silva, subgerente de Estudios de la  Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF) y George Lever, gerente de Estudios de la CCS, quienes entregaron sus previsiones para la economía nacional para el próximo año.

 

El dirigente gremial resaltó que “las proyecciones de consenso que hoy disponemos son más optimistas que las que del año pasado, ya que apuntan a un crecimiento del PIB del orden de 2,8% a 3%”. 

 

Agregó que “en pleno período eleccionario, las grandes divergencias en las políticas económicas, contenidas en los distintos programas electorales, generan naturalmente un foco de incertidumbre que las empresas deben tolerar, y que abarcan materias desde los ámbitos tributario, laboral, previsional, hasta aquellas de orden político, como es una reforma constitucional y un eventual nuevo régimen de propiedad sobre los recursos naturales del país”.

 

Peter Hill señaló que “este panorama no favorece el clima de creación de valor. Poner nuevamente el foco en el crecimiento pasa por alentar las decisiones pro inversión y pro empleo en las empresas, reduciendo los grados de incertidumbre y promoviendo regulaciones que abracen los enormes cambios que ya están presentes y que se relacionan con la economía digital, la inteligencia artificial y la tecnología fuertemente disruptiva, como nunca antes había ocurrido en la historia humana.

 

“Si pensamos que todos estos cambios ocurren fuera de nuestras fronteras y de nuestras empresas -y no nos hacemos cargo de la necesidad de contar con la institucionalidad moderna que se requiere para los tiempos que corren- lo que hacemos es poner en riesgo el desarrollo futuro de Chile”, reflexionó.

 

Peter Hill recalcó que “las tradicionales herramientas de política económica, como son un mayor impulso fiscal y monetario, tienen un campo de acción claramente limitado en el tiempo, no sólo en Chile sino también en el resto del mundo. Por ello, levantar el potencial de crecimiento requiere de un arsenal estratégico que ponga en relieve la importancia de la acción empresarial, las mejorías competitivas, la formación de un capital humano para el siglo XXI, con competencias que puedan mirar de frente el advenimiento de una era digital que no tiene vuelta atrás. Todo ello es lo que permitirá definitivamente mejorar en forma sostenida la calidad de vida a la población de nuestro país”.

 

Agricultura

 

Francisco Gana, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), dijo no poder afirmar aún que el sector está en franca recuperación. El ejecutivo proyecta  que el PIB silvoagropecuario del 2017será de -0,8% y el  2018 de  2.7%.

 

Gana inició su exposición explicando que la agricultura no constituye el 3% de la economía nacional, sino alrededor del 13%. A esta afirmación agregó que el factor crucial para el mundo agrícola es el clima, por lo tanto que el PIB agrícola no indica el ambiente de negocios. “No aumenta la producción frutícola porque sube el dólar”, explicó.  “Existen muchas variables, como una contracción internacional de los precios del trigo o del maíz que no incentiva la siembra. O en el caso hortícola, la menor producción de frutas de un año a otro, porque se corrió la temporada”. 

 

Para el 2018, Gana señaló que los cultivos anuales como trigo, maíz y papas se seguirán contrayendo y que la fruta va a experimentar un salto “principalmente porque la base de comparación del 2017 es baja. Las viñas también mejorarán, pero no inciden mucho y esperamos ver algo de mejor dinamismo en lo pecuario y forestal, aunque no se ve una tendencia clara. Para frutas y hortalizas se ve un dinamismo, especialmente en los productores  que han apostado por invertir mejoras tecnológicas”.

 

Comercio

 

George Lever, gerente de Estudios de la CCS señaló que el sector comercio espera alcanzar un crecimiento en las ventas de un 4% real en 2018, levemente superior al 3,9 estimado para 2017. La principal explicación proviene del consumo de bienes no durables, que luego de dos complejos años (2016-2017), con crecimientos en torno al 1%, mostrarían finalmente una recuperación hacia niveles cercanos al 3% en 2018. Las ventas de durables, en tanto, mantendrán un mayor dinamismo, pero desacelerándose hacia un 11% en 2018, luego del altísimo registro de este año (15,4%).

 

Entre los principales factores que explican el boom del consumo de durables en 2017 se encuentran la caída del dólar, que favoreció el crecimiento de la masa salarial medida en dólares; la reducción de la inflación interna, una mejoría en las expectativas de los consumidores, el equipamiento de las viviendas adquiridas durante el boom del mercado habitacional pre-IVA, el bajo costo del crédito, en medio de un ciclo de política monetaria relativamente expansiva, la fuerte dinámica de comercio electrónico, que aportó casi un punto de crecimiento al retail, y la mantención de una alta demanda de compras de extranjeros, particularmente argentinos.

 

Algunos de estos factores seguirán presentes durante 2018, permitiendo mantener un elevado crecimiento en durables, a lo que se suma el mejor desempeño esperado en no durables, de la mano de un moderado mayor crecimiento de la masa salarian en pesos.

En otro orden, la Cámara proyectó una inflación de 3% para 2018 (1,6% en 2017), un crecimiento del PIB de 2,9% (1,6% en 2017), una recuperación de la inversión hasta un 3,4%, luego de 4 años consecutivos de caídas, y una expansión del 2,8% en el consumo.

 

Industria

 

Rafael Palacios, director de Políticas Públicas Sofofa, explica que para este año la institución espera un crecimiento del PIB de 1,5%. “Para el 2018 esperamos un escenario más optimista. Nuestros principales socios comerciales muestran señales favorables. Las expectativas de crecimiento de EE.UU. para este año serían superiores a las del año pasado, lo que sin duda dará un impulso al sector exportador de nuestro país. Asimismo, China ha tendido a estabilizar su ritmo de crecimiento en algo menos de 7% anual, lo que se ha traducido en una mayor demanda por cobre, reactivando parte de proyectos de inversión en minería. Las estimaciones de crecimiento en América Latina también serían mejores, pues Brasil y Argentina dejan de mostrar cifras negativas, lo que anticipa un ciclo de crecimiento, aunque contenido”

 

En lo interno, agregó que las expectativas empresariales comienzan a dar señales de recuperación, aunque continúan en zona pesimista. “Una política monetaria algo más expansiva debiera impulsar la actividad económica y -en particular- las exportaciones industriales, con lo que el crecimiento para el próximo debiera ser mayor a lo que vemos hoy. Sin embargo, debemos que ser cautos ya que factores estructurales como la caída en productividad y en inversión por quinto y cuarto año consecutivo, respectivamente, no dan pie para estimar un crecimiento mayor al del PIB tendencial recientemente ajustado a 2,6% para dicho año” 

 

“Por lo tanto, nuestra estimación de crecimiento para el 2018 fluctúa en un rango entre 2% y 2,5% anual.

 

Palacios agregó que “esperamos que el sector industrial este año muestre cifras negativas entre 1 y 1,5% anual ya que las líneas productivas ligadas a la inversión continúan mostrando un débil desempeño, principalmente por causa de la caída en la demanda de estos productos por parte del sector construcción y porque las exportaciones manufactureras en cantidad han mostrado un débil desempeño. Para el próximo año esperamos que las exportaciones industriales le den un relativo impulso a la industria y que proyectos de la minería, que han iniciado su proceso de activación, incidan positivamente en la evolución del sector industrial. Por ello, en el 2018 el sector industrial debiera crecer en un rango entre 0 y 1% anual”.

 

Sonami proyecto crecimiento sectorial de 6% para el 2018

 

El egerente de Estudios de Sonami, Álvaro Merino, proyectó que el próximo año el sector minero crecerá un 6,0% con una producción de cobre cercana a los 5 millones 900 mil toneladas, un precio del cobre promedio anual entre 2,9 y 3,0 US$/lb y exportaciones mineras por un monto de 42 mil millones de dólares.

 

 “El crecimiento de la industria minera se explica por la baja base de comparación y el relevante incremento en la producción de cobre, que este año cayó fundamentalmente como consecuencia de la huelga en La Escondida”, precisó.

 

El ejecutivo agregó que será precisamente el principal yacimiento de cobre de Chile y del mundo, como es Escondida, el que impulsará este crecimiento, destacando que el año 2018 la minera operará con tres plantas concentradoras.  “Está claro que la minería será uno de los motores que impulsarán el crecimiento económico de Chile el año 2018, que en Sonami estimamos alcanzará un 3%”, precisó Álvaro Merino.

 

Sin embargo, el ejecutivo advirtió que frente a estas proyecciones hay que tener una dosis de cautela. por cuanto hay elementos de riesgo que podrían hacer variar dichas estimaciones.  “Desde el punto de vista de la producción, se debe tener presente que el próximo año se van a efectuar alrededor de 30 negociaciones colectivas en la minería, de modo tal que si eventualmente paralizan algunas actividades mineras, tanto la producción como el crecimiento proyectado será menor”, precisó Merino.

 

En cuanto a la cotización del cobre, entre los factores de riesgo que podrían afectar su precio, el ejecutivo mencionó el alto endeudamiento de China, situación sobre la cual el Politburó, máximo organismo de decisión del partido comunista chino, ha mostrado preocupación señalando que impulsarán una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente. También el alza de tasas de interés por parte de la FED, de la cual se esperan tres movimientos durante 2018, podría presionará a la baja el valor del cobre.

 

Por último, se refirió a los riesgos geopolíticos, que siempre están presentes en el mercado de los metales, “sin embargo, en esta oportunidad se manifestarán con mayor fuerza que en el pasado, particularmente en lo relativo a la situación de Corea del Norte”, agregó.

 

En cuanto al presente año, Merino señaló que luego de un magro desempeño en el primer semestre, durante el cual  la actividad minera cayó un 8,4% tendrá, en la segunda mitad del año, una marcada recuperación, la que -sin embargo- no será suficiente para contrarrestar la brusca caída registrada, estimándose por tanto que el PIB sectorial disminuirá en un 2,0%, respecto del año anterior, con una producción de cobre cercana a los 5 millones 500 mil toneladas.

 

Agregó que el precio del cobre promedio anual, que ha mostrado una significativa mejora en el mercado, respecto del 2016, se situará en torno a 2,78 US$Lb, mientras que las exportaciones mineras alcanzarán un monto de 37 mil millones de dólares.

 

Construcción

 

Javier Hurtado, gerente de Estudios Cámara Chilena de la Construcción, explicó que la construcción hoy es el 7% del producto nacional, el 8,4% del empleo nacional y el 64% de la Formación Bruta de Capital Fijo, donde un tercio de la actividad (33%) corresponde a vivienda y dos tercios (67%) a infraestructura.

 

Explicó que, si bien la venta de vivienda acumula un avance de 15% a septiembre de 2017, debido a una débil base de comparación, los niveles de actividad se encuentran planos desde el cuarto trimestre de 2016 a la fecha. “Ello es coherente con una oferta más alta que la histórica en que, luego de 8 trimestres consecutivos de aumento, ésta comenzó a disminuir recién este último trimestre. 

 

“Como resultado, tras la fuerte caída en la demanda por vivienda observada durante 2016 (-38% con relación a 2015), esperamos que 2017 cierre con un nivel de comercialización de nuevas unidades en un 9% superior al de 2016, sin embargo ello implica un nivel  de venta equivalente a lo observado en 2011”.

 

En infraestructura, Javier Hurtado señaló que durante el segundo trimestre de 2017 ingresaron a la cartera de proyectos 23 iniciativas, con una inversión asociada de US$ 1.213 millones, concentradas en el sector  Energía (54% del monto total). En el  segundo trimestre de 2017, finalizaron 28 proyectos de infraestructura productiva, con una inversión asociada de US$ 1.353 millones.

 

Agregó que durante el  segundo trimestre de 2017 se retiraron de la cartera de proyectos 16 iniciativas, con una inversión asociada de US$ 3.025 millones. De esta forma, en el periodo hubo una salida neta de inversión de US$ 3.165 millones. 

 

En cuanto a la inversión en construcción esperada en infraestructura productiva para 2017, la cifra se sitúa en US$ 5.786 millones, concentrada en los sectores energético y minero (69% del total).

 

En este panorama, Hurtado señaló que 2017 será el cuarto año consecutivo de caída de la actividad de la construcción, con un crecimiento entre 0 y -1%. Para 2018, si se dan ciertas condiciones de inversión, prevé un crecimiento del sector entre 0 y 3%.

 

La Banca

 

Carmen Gloria Silva, subgerente Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, explicó que el crédito se ha estabilizado en torno al 3%, “en un nivel más bajo que en años previos, dado que históricamente el crecimiento de las colocaciones ha estado relacionado con la actividad económica”.

 

La ejecutiva señaló que se percibe una mejoría en las colocaciones a personas, tanto en el ámbito del consumo como del hipotecario, que llegaron a 6% y 7,7%, respectivamente en agosto. 

 

Silva señaló que los créditos a grandes empresas fueron los que exhibieron sistemáticamente un menor dinamismo, ya que muchas ellas pertenecen al sector minero y también tienen la opción de colocar bonos a nivel internacional.

 

En general, Silva explicó que en la opinión, de al menos 20 bancos, las condiciones para prestar han sido más restrictivas, con una actitud de mayor precaución. “Aunque de persistir el alza en la confianza empresarial, así como indicadores de mayor actividad, las perspectivas serían más favorables con señales incipientes que el ciclo de colocaciones podría mejorar el próximo año. Al respecto, creemos que la demanda muestra señales de reactivación, lo que es coherente con un mercado laboral más resiliente y un aumento de las expectativas económicas”.

 

Silva hizo una proyección del crecimiento de las colocaciones totales las que, en un escenario de PIB de 2,5% variarían entre 4,4 y 5,6, y si este llegara a 3%, lo harían entre 5,3% y 6,3%. 

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