Reaparece la prepotente Argentina de 1881 y 1978 queriendo visualizarnos como un sumiso pueblo chileno.

No son tres metros, es pretensión estratégica con intención.

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Por Rodolfo Ponce Vargas, Consultor y Analista Internacional.

 

En mayo de 1843, la goleta Ancud comenzó su travesía con destino al Estrecho de Magallanes,  al mando de su tripulación, asumió el capitán de fragata Juan Williams (1798-1857). También formaba parte de la expedición el explorador prusiano Bernardo Philippi (1811-1852), quien luego ocupó el cargo de gobernador de la colonia de Magallanes. En 1843 Chile toma posesión del Estrecho de Magallanes, vestigio de esa época es el Fuerte Bulnes "el primer establecimiento permanente en la vastedad patagónica, avanzada inicial de la colonización nacional y de la civilización en las regiones del sur" (Breve historia de Magallanes. Punta Arenas, Ediciones de la Universidad de Magallanes, 2002, p. 46).La definición de límites con Argentina se complicó en 1847 cuando Juan Manuel Rosas protestó por la ocupación chilena del Estrecho de Magallanes, lo que dio origen a complicadas negociaciones diplomáticas que se prolongaron por más de treinta años. Tras la Guerra del Pacifico, las presiones argentinas se hicieron cada vez más intensas y amenazantes. Mientras las fuerzas chilenas avanzaban hacia el norte, las argentinas avanzaban hacia el sur. Paralelamente, destacados hombres públicos e historiadores chilenos como Benjamin Vicuña Mackenna y Diego Barros Arana ignoraron el verdadero valor de aquellos territorios patagónicos. Una vez desatado el conflicto y en medio de la guerra del pacífico, el 28 de julio de 1881, Chile se vio obligado a llegar a un acuerdo con Argentina y firmar un tratado de límites. Si bien Chile obtuvo la soberanía sobre el Estrecho de Magallanes este tratado significó renunciar a los derechos históricos que Chile poseía sobre la Patagonia oriental como expone la publicación Problemas limítrofes de Chile, La cuestión Argentina, El tratado de 1881 y negociaciones posteriores. De esa manera cedimos a la Argentina el 45% de la Patagonia que le permitió aumentar al doble su soberanía territorial y la definitiva proyección hacia otros limites que sigue reclamando.

 

En 1881 aprovecharon el contexto de un país en guerra para irrumpir en la Patagonia, en 1978 nos arrojaron de manera obligada a negociar un conflicto por el Canal del Beagle y las islas Picton , Nueva y Lennox en un escenario país de pobreza y crisis social, con fuerzas armadas desmanteladas por la enmienda Kennedy, la que impidió por 14 años, la venta de armas y asistencia militar a Chile de Estados Unidos y donde nuevamente en ese momento no teníamos como defendernos más allá de la voluntad nacional, la actitud y las ganas de vencer.

 

Ahora la situación política de Chile vuelve a ser compleja, estamos en medio de cambios profundos, acentuados por la inseguridad y un pronunciado desgaste político ideológico, que ha afectado nuestro característico patriotismo y sentido de pertenencia con la nación, pero con una gran diferencia unas Fuerzas Armadas, preparadas, modernas y entrenadas.

 

Si bien Argentina está realizando un esfuerzo por avanzar hacia una dinámica asertiva de desarrollo, aprovechamiento de sus recursos y recuperación de su nacionalismo tan propio de su personalidad ha caído también en acciones imprudentes y poco mediáticas en el contexto geopolítico regional, ejercicios militares australes, construcción de bases, visión de proyección antártica, anhelos recuperativos de las islas Malvinas y ahora un desafortunado movimiento de ajedrez en el hito 1 con Chile, para tratar de imponer su gran deseo de compartir el control del Estrecho de Magallanes con nuestro país, situación tantas veces rechazada por Chile desde el 2021. Con un brusco movimiento de fuerza por posición piensa que una vez más Chile será el país que creerá en su cuento de desafortunado incidente sin tomar en cuenta que Chile hoy más que nunca sabe exponer a un lobo vestido de oveja y estamos atentos a los cambios geopolíticos regionales.

 

No deja de ser preocupante está rápida intervención expansionista, no olvidemos la permanente aspiración trasandina de acceder al Océano Pacífico y en este aspecto no hay que dejar de mirar y controlar los movimientos en Campos de Hielo Sur escenario donde Argentina queda con un balcón hacia el oeste, además de su siempre expresada condición bicontinental en documentos y mapas.

 

Me sumo entonces a los chilenos que sabemos de la importancia de nuestra soberanía, que amamos a nuestra patria y esperamos autoridades a la altura para hacer retirar aspiraciones y planificaciones estratégicas, un metro o lo que sea es invasión, una estructura en la frontera es una pretensión con intención y provocar es dar fundamento innecesario a un conflicto entre dos países que deben saber siempre poner por delante de sus acciones el bien superior de sus naciones.

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